Frank Thomas anunció su retiro como jugador de Grandes Ligas. Y con su decisión, se marcha del béisbol uno de los grandes bateadores de las últimas dos décadas.
Tras una carrera de 19 temporadas con los Medias Blancas de Chicago, Atléticos de Oakland y Azulejos de Toronto donde acumuló 521 jonrones,- empatado con los legendarios Ted Williams y Willie McCovey-, 1,704 carreras impulsadas y un promedio de .301, su nombre entrará casi seguro al Salón de la Fama después de los cinco años que necesita esperar un pelotero para poder salir en las boletas de Cooperstown.
Thomas se caracterizó por una combinación de poder y promedio, siendo un bateador muy selectivo y que se aprecia cuando vemos que recibió más de 100 pasaportes en 10 temporadas, un excelente average de embasamiento de .419, un slugging de .555, en 10 campañas superó la marca de los .300 y en otras 13 pegó más de 24 jonrones.
El inicialista y bateador designado está ubicado entre los primeros 18 bateadores en jonrones, en el noveno puesto en bases por bolas recibidas, en el onceno en promedio de embasamiento y en el grupo de los 22 remolcadores de carreras y slugging.
Thomas es uno de los pocos jugadores estelares que no ha sido señalado por el uso de sustancias para mejorar el rendimiento atlético.
Los Medias Blancas de Chicago, novena para la que actuó durante 16 campañas y donde mantiene las marcas de jonrones (448) y remolcadas (1,465), anunció que el número 35 que utilizó el pelotero fue retirado del equipo.
Y ese uniforme está bien retirado, pues luego de su debut en 1990 donde terminó con average de .330 en 191 turnos al bate, Thomas ganó dos veces el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana (1993-94), una corona de bateo en 1997 y por las estadísticas ofensivas que dejó en los libros del béisbol puede ser considerado entre los mejores bateadores de la historia.
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