El diplomático de mayor rango para América Latina en la administración del presidente Barack Obama, se reunió hace un mes con el canciller cubano para presionar por la liberación de un ciudadano estadounidense encarcelado en La Habana desde diciembre.
Arturo Valenzuela, subsecretario para asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, y el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, se encontraron en Nueva York durante una reunión en Naciones Unidas, informó el lunes el principal portavoz del Departamento de Estado.
La sesión, de la que no se había conocido anteriormente, fue la más reciente en una serie de reuniones entre funcionarios de ambos países, que rompiero relaciones diplomáticas plenas desde comienzos de los años 60.
"La reunión fue para insistir en la liberación de Alan Gross'', dijo a los reporteros el subsecretario de asuntos públicos, Philip J. Crowley, durante una conferencia de prensa en Washington.
Al preguntársele si La Habana había dado alguna señal de que Gross sería liberado, Crowley dijo: "No tengo entendido que la hayan dado''. Y añadió: "Teníamos la esperanza de que ocurriría hoy, pero eso depende del gobierno cubano''.
Crowley no dio más detalles, pero un alto funcionario del Departamento de Estado dijo a la agencia AP que la reunión fue breve y cordial, y añadió que no había habido discusiones significativas sobre otros asuntos.
Gross, un subcontratista de la Agencia para el Desarrollo Internacional, fue arrestado el 3 de diciembre del año pasado después de entregar equipos de comunicación satelital a miembros de grupos judíos en Cuba, según dijeron en su momento funcionarios estadounidenses.
Gross, de 60 años y residente de Potomac, en Maryland, no ha sido encausado oficialmente, aunque varios funcionarios cubanos han alegado que tomaba parte en actividades de inteligencia contra Cuba. Está detenido en Villa Marista, la sede de la Seguridad del Estado en La Habana.
Funcionarios del gobierno de Estados Unidos han negado reiteradamente que Gross hubiera ido a Cuba con una misión de inteligencia, y una serie de visitantes estadounidenses, desde el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, hasta el senador Christopher Dodd, demócrata por Connecticut, han insistido en su liberación por motivos humanitarios.
También han argumentado que su prolongada detención está paralizando las gestiones para mejorar las relaciones bilaterales.
A la esposa de Gross se le permitió visitarlo en agosto, y diplomáticos estadounidenses radicados en La Habana se han reunido con él varias veces desde su arresto en el aeropuerto de la capital cubana, cuando se preparaba para dejar la isla.
Mientras que los funcionarios estadounidenses, bajo el presidente George W. Bush, sostuvieron pocas reuniones con sus homólogos de Cuba, el ritmo de estas sesiones se aceleró considerablemente desde que Obama asumió la presidencia el año pasado.
Se cree que Valenzuela es el funcionario de más alto nivel de la administración de Obama que se haya reunido con funcionarios cubanos.
Cheryl Mills, jefa de personal de la secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, se reunió con Rodríguez en marzo y discutió el caso de Gross durante una conferencia de Naciones Unidas sobre el terremoto que devastó Haití. Pero Mills no es considerada parte del cuerpo diplomático.
Un subalterno de Valenzuela, Craig Kelly, encabezó en febrero una delegación estadounidense que sostuvo conversaciones migratorias con funcionarios cubanos en La Habana, y se reunió con un grupo de disidentes.
Bisa Williams, entonces subsecretaria adjunta de asuntos hemisféricos, visitó Cuba en octubre del 2009 para conversaciones sobre la reanudación del servicio postal directo entre los dos países.
Williams, que también ocupó el cargo de jefa de la oficina sobre Cuba del Departamento de Estado, fue considerada en aquel momento como el funcionario estadounidense de mayor rango que visitó La Habana desde el 2002.
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