La presidenta Cristina Fernández llamó el jueves “buitres con turbinas” a American Airlines por limitar la venta de pasajes hasta 90 días debido a las restricciones cambiarias en Argentina y acusó a la compañía de participar de un plan para desestabilizar al país sudamericano junto a fondos de inversión estadounidenses.
La mandataria argentina recurrió a las redes sociales para difundir un largo comunicado que tituló “Buitres con turbinas. Buitres locales, como siempre sin turbina ni remedio. Vuelan muy bajo” un día después que trascendiera la medida de American Airlines.
La compañía aérea no comunicó oficialmente la resolución ni sus motivos, pero la compra de boletos por internet y vía telefónica sólo puede realizarse hasta fecha 18 de diciembre. Medios locales reportaron que esto se debe a las restricciones impuestas por el gobierno desde hace dos años a la compra de dólares.
Fernández llama “fondos buitres” a los inversores estadounidenses que lograron una sentencia favorable de un tribunal de Nueva York para que Argentina los compense con unos 1.600 millones de dólares por los títulos declarados en cesación de pagos en 2001.
“Ahora quieren asustar (¿o enojar?) a los argentinos que quieren viajar al exterior, que dicho sea de paso no son pocos…no existe ningún tipo de restricción para el pago de pasajes y paquetes turísticos con divisas”, dijo Fernández y acompañó un comunicado del Banco Central en que niega la existencia de normativas en ese sentido.
Argentina gira al exterior un promedio de $24 a $26 millones por turismo, viajes y pasajes, según la entidad.
“No le queden dudas a nadie de cómo intentan generar a través de mentiras, malas expectativas y ataques especulativos sobre la propia moneda de todos los argentinos”, escribió la presidenta en su cuenta twitter, con más de tres millones de seguidores.
Por último, Fernández vinculó a un alto ejecutivo de American Airlines a “uno de los más importantes fondos de inversión financiera” con intereses en la deuda argentina.
La mandataria argentina también tachó el jueves de “inapropiadas” las recientes declaraciones del encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Kevin Sullivan, sobre la crisis de la deuda argentina.
Fernández dijo que esas “absolutamente impropias declaraciones” se efectuaron en un contexto de “ataque especulativo” contra Argentina.
Argentina afronta una sentencia de un juez estadounidense que dio la razón a los fondos de inversión que reclaman al país en los tribunales de EEUU el pago de $1,300 millones más intereses por bonos impagados desde el “default” del 2001.
Sullivan había hablado el lunes a un medio local sobre la importancia de que Argentina “salga del default” (cese de pagos) para volver al crecimiento económico, pero el gobierno argentino niega que haya caído en mora, porque considera que no ha incumplido los compromisos con sus acreedores.
Fernández recordó a través de su cuenta en Twitter que las declaraciones del diplomático “motivaron la obligada intervención de la Cancillería, ante la intromisión en asuntos internos por parte de un diplomático extranjero”.
Por otra parte, la discusión oral que tuvo lugar hoy en la Corte de Apelaciones de Nueva York por el caso de la deuda Argentina y los fondos especulativos estadounidenses para conseguir el desbloqueo del pago a los bonistas de deuda reestructurada se cerró hoy sin una decisión del tribunal.
La audiencia sí sirvió para que los jueces escucharan los argumentos de Argentina y Citibank a favor de que se haga efectivo el pago que el país realizó el 26 de junio a tenedores de bonos que habían aceptado una reestructuración de los títulos que entraron en suspensión de pagos en 2001.
El juez Thomas Griesa, que instruye el caso en un tribunal federal de Manhattan, abrió una salvedad para Citibank después de ordenar el bloqueo de todo el giro que hizo Argentina a diferentes entidades financieras, entre ellos el Bank of New York.
Esa salvedad permitía realizar un pago de una sola vez, pero no a todos los bonistas, lo que le creó al banco un problema con Argentina, que amenazó con imponer sanciones a Citibank en el país si el pago no se hacía efectivo antes del 30 de septiembre.
Así, la primera en disponer de los 15 minutos de explicaciones fue Karen Wagner, representante de Citibank, quien aseguró que su banco no tiene el mismo contrato con Argentina que el Bank of New York Mellon (BoNY), el principal afectado por el bloqueo de capitales dictado por Griesa para salvaguardar a los bonistas que no se acogieron al canje de deuda.
Sus argumentos fueron rebatidos por uno de los jueces del tribunal, que aseguró no encontrar diferencia entre sus bonos y los del BoNY y le preguntó qué iba a hacer si tenía que decidir entre obedecer a una legislación u otra.
Wagner dio prioridad a la legislación estadounidense, pero volvió a formular que eso causará “perjuicios a los clientes” y que es una responsabilidad que les excede como “meros custodiadores” del dinero abonado por el gobierno de Cristina Fernández.
Para evitar entrar en conflicto con ninguna de las dos legislaciones, Wagner solicitó la reposición de la medida cautelar o “stay” que le permita efectuar los pagos sin incumplir las órdenes de Griesa.
El abogado del Estado argentino, Carmine Boccuzzi, basó su argumentación en que los bonos que se pagaron en las cuentas de Citibank, y que nunca llegaron a sus tenedores, no son de deuda externa, sino interna, pero emitidos en moneda extranjera (en este caso en dólares).
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