Los accidentes de tránsito en Venezuela causaron 43 muertes entre el Jueves Santo y el domingo, un descenso respecto a las 52 víctimas mortales que dejó el mismo periodo del año pasado, informó este lunes el vicepresidente del país, Aristóbulo Istúriz.
Además de los 43 fallecimientos en 782 accidentes de tránsito (1,026 el año pasado) y 5 personas murieron ahogadas, añadió sin informar de un recuento total de víctimas, aunque aseguró que “fueron menos que en 2015” y contribuyeron a que fuera en el país suramericano “una Semana Santa extraordinaria”.
Entre el jueves y el domingo, precisó Istúriz en declaraciones a periodistas, “se movilizaron con fines turísticos” 11.55 millones de venezolanos, más de un tercio del total de 29 millones de la población nacional, de los cuales 57,531 viajaron al exterior.
En la Semana Santa de 2015 el Gobierno contabilizó 9.6 millones de turistas nacionales, unos dos millones menos que este año, destacó.
El vicepresidente también reveló que por orden del mandatario Nicolás Maduro se aumentó de 168,000 a 202,070 el número de agentes policiales y funcionarios de otros organismos estatales de socorro movilizados para brindar seguridad a los turistas.
Pese a ello, dijo que se reportaron “74 robos a cajeros automáticos, 22 secuestros, 21 saqueos y 20 robos a centros hospitalarios”, de todo lo cual no dio más detalle.
Istúriz también dio cuenta de un ahorro de 400 megavatios en los últimos cuatro días, aunque el viceministro de Energía Eléctrica, Freddy Brito, admitió previamente que el Gobierno fracasó en su intento por disminuir el consumo de agua y electricidad prolongando el festivo por Semana Santa a ocho días.
El festivo no se limitó en Venezuela a los llamados Jueves y Viernes Santo, legalmente festivos nacionales no laborables, y se extendió por decisión de Maduro desde el 19 de marzo hasta este domingo.
Maduro previó que la suspensión de las actividades laborales y educativas reduciría el promedio del consumo eléctrico venezolano, que se sitúa en 15,500 megavatios por hora, para así minimizar los efectos de la sequía que padece la región a consecuencia del fenómeno meteorológico El Niño.
“Debo ser muy sincero: no tuvimos el impacto esperado; es decir, nosotros creímos y proyectamos que durante Semana Santa íbamos a tener una reducción considerable”, pero no fue así, reconoció Brito.
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