Doctora Isabel:
Llevo dos años de casado aproximadamente y 6 de vivir con mi esposa, tenemos 3 hijos en común, el mayor de 12, que ella tenía de otra relación, y dos conmigo de 3 y 2 años. Siempre hemos tenido problemas y discusiones fuertes, mayormente por los viajes que hago, algunos de trabajo, otros por mi afición al fútbol. Hace unos días, ella tomó mi teléfono sin permiso y entró a mi página de Facebook en donde encontró un sinfín de conversaciones que tuve con varias amigas, tres en particular, en donde hablo cosas explícitas y en varias de ellas hablo mal de mi esposa con ellas.
A pesar de esas conversaciones nunca me he atrevido a serle infiel físicamente. Ahora ella me dice que está muy dolida y decepcionada de mí y me ha pedido el divorcio y que me vaya de inmediato de mi casa, lo cual me he negado a hacer. Mi pregunta es si esas conversaciones son motivo suficiente para ella alegar o solicitar el divorcio, porque obviamente ella sacó fotos de muchas de esas conversaciones y me las mandó para comprobarme que las había visto. Me urge su consejo, admito que fue un grave error haber caído en ese juego de conversaciones inapropiadas con mis amigas y, más aún, hablar mal de mi esposa con ellas. Amo a mi esposa y me aterra el solo pensar que no voy a poder estar con mis hijos todos los días como hasta ahora si se llegara a dar el divorcio. ¿Hay algo que pudiera hacer para salvar mi matrimonio? Por favor, me urge su consejo.
Muchas gracias de antemano, reciba mi cariño y admiración.
Querido amigo:
Hoy conversamos por teléfono, pues solo de pensar que tienes dos hijos pequeños, y que tu relación se viene abajo, me preocupé. Sí, amigo, metiste la pata hasta el final, ahora para arreglar esto se necesita un mago con mucha paciencia. Ella está dolida, y no solo de ahora, sino de hace tiempo. Cuando te ibas de viaje, te insinuaba que quería salir con otros, y ponía su ropa de noche en la cama como para dejarte ver que ella había estado con otro.
Los dos han estado en un juego peligroso. Y sí, cometiste el error, que muchos cometen, que es el de jugar con palabras, con los teléfonos, teniendo una fantasía sexual con otras mujeres. Cuando hablamos y te pregunté por qué lo hiciste, me respondiste: “Por pura vanidad, por creerme que puedo con otras”. Señal de que no crees mucho en tu virilidad, ni en una relación real con tu esposa, te cuesta tener una verdadera intimidad emocional con ella.
Lo único bueno de todo esto es que tu voz me pareció sincera, que no quieres perderla, que harás lo que tengas que hacer y esperarás para comenzar de nuevo con una relación más sana. Te recomendé que le escribieras una carta, nada de mensajes de texto. Tómate el trabajo de encontrar un papel, o tarjeta bonita, y pídele perdón, y sí, dile que fuiste un tonto, y que vas a hacer lo que sea necesario para demostrarle que la amas.
Ah, me dices que ella no debió de quitarte tu privacidad, pues fue a tu teléfono, ¿en qué mundo vives? El matrimonio es de dos, la intimidad es de ustedes dos, no tuya solamente. Si de verdad se respetan, esa palabra “privacidad” se convierte en la privacidad de dos que se aman y no permiten que otros rompan su unión.
Te deseo suerte,
Doctora Isabel
La Dra. Isabel Gómez-Bassols es pedagoga y psicóloga. Su programa se puede escuchar de lunes a viernes, a la 1 p.m., Este, 10 a.m., Pacífico y a las 12 m., Centro, a través del sitio La Red Hispana.org Escriba sus cartas a su sitio web www.doctoraisabel.net
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